El sendero...
Que extraño, caminando por la misteriosa oscuridad que me brinda la noche,
escuchando la sinfonía numero 2 en Mi opus 27 largo de Rachmaninov, a cada paso que daba, lo alumbraba una maquina; me salpicaba de luz chorreante, las piedras me volteaban a ver,
parecían tener vida y estar asombradas de lo que nos acontecía.
- Ellos no serán; ellos con afán, maquilando el estruendo en su pensamiento.
El miro a lo alto, no vio nada.
Solo sendero feliz...
Un sendero incendiado de luz.
...no me miraran mas las piedras.
Emman.
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