Es otoño. Las olas golpean. El perro ladra cerca de la escuela. Me
aturde el sonido del aire mientras mirando sus labios, dirige sus
ultimas palabras hacia mí:
Ya no te quiero. Es mejor terminar.
El
sonido de las cigarras detiene mis pasos, estoy enfrente de la estación
que me pudiese llevar a mi casa, mi cuarto, mi computadora... Esta vez
vislumbro el color de la tarde, camino decidido entre las vías, inhalo
un viento cargado de imágenes y recuerdos de ella, cierro los ojos y
sonrió, mientras mi cuerpo, se une con el color del cielo.
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