domingo, 8 de diciembre de 2013

Piel canela

Comienzo a tener una fijación
por tu piel canela.
Su aroma con historias africanas, 
el dulzón perfumado de la caña mojada.
Y de ron que a mi razón y alma embriagas.

Tus facciones me comienzan
a parecer perfectas. una sonrisa seductora,
dentadura de perlas albas;
tu cuerpo me encadena, me encierra
en un calabozo de fuertes pasiones.
Que me empapa de amor y esperanza.

—Me derrites el alma cada vez que te siente mi cuerpo—.

Tienes el trópico en tus ojos y playas
en tus cejas, me convierto en algo pequeño
al mirar el contorno de tu cuerpo. Y me
vuelco en recuerdos, de piratas y diosas
de la noche pagana.

Aveces, de saber lo mucho que te deseo
me pierdo en deshoras de sueño
contemplando el brillo del sol que cubre tu cuello;
Conviertes mis anhelos y te concibo como inspiración.

Para volver de forma cíclica
a tus grandes ojos,
luceros que alumbran mi caminar
y me alimentan cual  fruto prohibido.

—Tú, que al estar cerca de mi, me conviertes en un ser adicto—


Quisiera enredarme eternamente en tu cuello,
mantenerme intacto ante tus pensamientos
para así intentar ser tu más grande deseo.

No sé bien, si soy merecedor
y tampoco es afán mio.
Si estos versos logran describir
esta hermosa creación humana

Desearía vivir mil años más cerca.
Y morir contigo, de lo que tu quisieras:
De amor.
De dolor.
De deseo.
De locura.
De lo que tu quisieras.

Ser tu único extranjero trazado
con tiza gris y blanca,
ser el poseedor de tus miedos,
realidades y conocedor de tu alma
tan oculta y camuflajeada.


Pues a fin,


         en el hoy y el ayer...

              


te convertiste
                       

                         


                                                            en los que más quiero.



Emman.

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