Es fenomenal encontrarse a las personas indicadas en la vida, cada vez
más confirmo esas palabras mientras comparto el pasar de mis días. Siempre que
salgo al trabajo siento una invisible distancia entre Amelia y yo, decido no
despertarla y sólo le beso la mejilla depositando mi amor y deseos. En
cada pisada pienso en cosas trilladas y rio pensando en los momentos
maravillosos que vivo a diario con mi amigo, mientras preparo mi corbata y me
dispongo a ofrecer mis servicios y productos de casa en casa.
Al principio comenzaba a sospechar que algo sucedía entre él y Amelia,
bromeando sobre historias de infidelidad y observando como poco a poco se
miraban cada vez más con cierto repudio y simpleza. Con el tiempo comprobé que
sólo eran mis celos de recién casado, no había nada entre ellos. Últimamente he
notado una cierta importancia y fijación hacia mí, el hecho de llegar a mi casa
y al abrir la puerta me reciba en forma de coro un “¡Genaro!, ¡has llegado!” me
llena de una felicidad única. Mientras fijamente esperan un reporte de mis
ganancias e historias del día; noto una mirada de Amelia que me encadena, me
llena de razón para seguir mi rutina, mientras siento la tranquilidad que le
brindan mis abrazos y besos.
Por la mañana, justo al salir de mi casa observo al cartero pasar con la
mirada evasiva platicando con la vecina. La conversación gira entorno a la
inminente supresión del faro, la mente me comienza a vislumbrar mientras me
viene una y otra vez la mirada de Amelia. Corro de regreso a la casa,
quiero ver a Amelia y calmarla cuando se entere de que no habrá más que hacer
aquí, justo me encuentro a la vista de la entrada de mi hogar y observo a
Amelia abrazando de forma erótica y a mi amigo mostrándose concupiscente.
Comprendí muchas cosas, mientras llegaban las miradas prisioneras de Amelia
destazando mi espíritu. Decidí seguir el juego hasta llenarme de odio mientras
con una sonrisa llena de una apacible locura los abrace y les explique lo que
escuche mientras mirándolos a los ojos, lleno de repulsión y rabia les dije:
“Ya no importa en estos momentos, pues a partir de hoy. Siempre
permaneceremos juntos… “
No pude dejar de mirar, a pesar de que intenté creer que era sólo un sueño,
todo fue real. Siempre fui engañado y traicionado, creí completamente en ella,
no, me cegué a mí mismo pensando eso, ¿cómo no puede estar conmigo el día de mi
cumpleaños por culpa de sus padres? los sábados estrictamente tenía que estar
en su casa con su familia, eso me decía. Mientras yo me sentía afortunado de
tener a alguien así, ella estaba con otro hombre haciendo lo que hacía conmigo,
diciendo las mismas palabras que me decía a mí, cuidándonos mientras ella lo hacía
sin protección con otro, estoy seguro que sólo a mí me dijo que su periodo no
le llegaba. ¿Tan usable y patético soy?
Ese día fui por el collar que ella quería y estaba agotado, era una
especie de ángel en un pedestal azul claro con gemas en sus alas, mientras salía
de la tienda con una sonrisa, la vi, caminando con un escote un tanto vulgar y
falda ajustada; se veía aún más hermosa pues resaltaba sus atributos con esa
vestimenta. Decidí seguirla sin que lo supiera, quería conocer a su familia,
decirles que estoy enamorado de su hija y aceptaría felizmente estar el resto
de mi vida con ella. Absorto en mis pensamientos de ensueño, la vi entrar a un
club muy caro de la zona, seguramente se dio cuenta de mi presencia y ahora
quiere jugar conmigo, pensé mientras estaba decidido a encontrarla y darle el
regalo como una buena sorpresa.
La perdí de vista, mientras la buscaba escuche a dos empleados del club
hablando muy confiadamente:
—Oye, ¿has visto la hermosa mujer que acaba de pasar con el jefe? Sí que
esta buena, se fueron a los cuartos vip, es una afortunado. Le decía a su
compañero mientras su pantalón se le abultaba más en la parte de la cremallera.
—Claro, esa chica es una de sus parejas del jefe, todos los sábados
viene ella y se van al cuarto vip, ¿ya te imaginaras qué estarán haciendo esos
dos verdad? así que no los molestes si quieres conservar tu trabajo.
Vaya par de chismosos, pensé que probablemente me estaría esperando en
un cuarto vip como regalo de cumpleaños justo cuando vi una puerta entrecerrada
y con luz en su interior, me acerqué y mi corazón dejo de latir por un
instante. No lo podía creer, no podía dejar de mirar tampoco, era una mujer
montada de espaldas en un hombre, pero su silueta era igual que la de ella,
justo cuando pensé que no podría ser ella, volteo su cara sólo para
decirle en eres el mejor con una lujuria que sólo ella yo
pensé conocer. No pude, contener mi rabia, mi ira, comencé a llorar sin cesar
mientras mis piernas se entumecían, las mismas expresiones y sonidos los
compartía con ese hombre también. Me dolía tanto el corazón cuando recordaba
como con tanta facilidad me mentía.
Tengo que detener esto, tengo que destrozar este momento.
Pensé mientras intente entrar, pero mis piernas no se movían, no querían
hacerlo, de pronto me di cuenta que estaba muy excitado (en verdad soy
estúpido) y arroje al suelo con todas mis fuerzas la bolsa que tenía aquel
collar que ella quería y con el impulso mezclado entre dolor y furia, salí
corriendo de ese lugar.
No fui a mi universidad por toda una semana, dormí esos días en el baño,
era el único lugar en donde casi no tenía recuerdos con ella. Tenía siete
llamadas perdidas y veintitrés mensajes de ella, no quería saber que me iba a
decir, sólo quería olvidar todo lo que había vivido los últimos meses de mi
vida, creer que dormí durante dos años y desperté justo hoy. De repente se
escucharon sonidos raros en la entrada de mi puerta, como si quisieran abrirla,
pensé que seguramente era la casera que estaba preocupada por no verme salir en
las mañanas así que decidí abrir la puerta para ver quién era y al instante,
después de girar la perilla una persona se abalanzo contra mí, era ella. me
abrazo desesperadamente y me beso tan fuerte que comencé a sangras de mis
labios. No dejaba de llorar, mientras susurrándome al oído me decía cosas
como tengamos sexo toda la noche y te amo mucho, en
verdad que te amo mucho.
Comprendí que ella en verdad me quería, pero también me di cuenta de lo
vacía que en realidad era, se ocultaba de su vació y sus acciones teniendo sexo
conmigo, como si fuese una expiación a su tristeza... a su soledad... recordé
en segundos todos los momentos mis momentos con ella, comencé a llorar y la
mire fijamente a los ojos y con un dolor que sabía nunca se borraría de mi
corazón sólo le dije sin querer escuchar su parte de la historia...
Creo que debemos terminar...
Han pasado seis meses desde aquello, me contó que el hombre con el que
estaba era su novio y levaban muchos años juntos y él había perdido todo el
interés en ella, que incluso sabia de mi relación con ella y no le importaba en
lo más mínimo. Ella sólo quería ser amada por alguien otra vez, que en verdad
me amaba y que por eso dejo todo de lado para guardar el respeto que no tuvo
conmigo en aquel momento, comprendía que en verdad me amaba y cambio para bien.
Me juro que nunca más haría algo así en su vida, que en verdad estaba decidida
en reconquistarme si me descuidaba, sólo pude decirle que me sentía muy feliz
de haber amado a alguien como ella durante mucho tiempo.
Es sábado, las luces que rodean la oscuridad de la noche confortan mi visión,
me ha invitado a su primer presentación como modelo de una prestigiada marca de
ropa, mientras todos se asombraban por su belleza, sabía que ella sólo me veía
a mí, que nuestros sentimientos eran sutilmente conectados mientras pasaba por
la pasarela, sabía que nunca me iba a dejar de amar, que eternamente se
disculpara por lo que sucedido. También pensé que en verdad la seguía amando,
que sólo fue un lapso de soledad en el que buscábamos inconscientemente la
aceptación de nuestros errores y tragedias, que quería estar siempre a su lado,
que esto sólo nos había hecho madurar y unido fuertemente.
Salí de ese lugar y con una sonrisa la miré, pude leer sus labios ella
me dijo te amo. Y cerrando los ojos, guardando en lo más
profundo de mi corazón aquellas palabras, le respondí desde esa profundidad de
mis sentimientos, desde la alegría de mi corazón.
Ven en cuanto puedas a mi departamento... a partir de hoy...
Vivamos nuestras vidas juntos.
Emman.
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